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Marcos Carnevale: “Mi deseo más grande es rodar hasta el final de mis días"

  • Foto del escritor: Mica Kasty
    Mica Kasty
  • 20 jun 2019
  • 6 Min. de lectura

Actualizado: 17 jul 2019

En el marco del estreno de “No soy tu mami”, protagonizada por Pablo Echarri, Julieta Díaz y Sebastián Wainraich, el director Marcos Carnevale nos contó detalles sobre la película, el making of y la profesión de director.


Marcos Carnevale, Julieta Díaz, Pablo Echarri, Sebastián Wainraich, Celina Font y Christian Sancho en la avant premiere de "No soy tu mami" / Foto: Movilpress

La nueva película de Marcos Carnevale cuenta la historia de una periodista (Julieta Díaz) que escribe y defiende en su columna semanal sus razones para no querer ser madre, aunque dicha posición se vea afectada cuando un nuevo vecino (Pablo Echarri) y su hija se muden a su edificio.

Un año atrás, la actriz y su amiga Julieta Díaz le llevó un guion que había escrito con Celina Font y le dijo: “¿No lo leés y me decís qué te parece?”. A partir de ahí, se generó un nuevo guion que escribieron juntos. "Quedó una película muy de mi estilo, Julieta lo conoce bien y me dijo '¿Y ahora quién dirige esto? Tenés que ser vos'”. Así cuenta Marcos Carnevale que empezó No soy tu mami, su octava película, la tercera con Julieta.


- ¿Cómo surge la idea de esta película?

- Mis películas tienen temas que parecen chiquitos, pero son muy grandes, como la vejez, la vida, la muerte, la soledad, temas universales. Este tema me gustó mucho porque creo que no lo pensamos, que actuamos por inercia cultural y crecemos con la obligación de tener novia, casarte, tener hijos, tener nietos y después morirte. Lo que te muestra la película es que quizá no todo el mundo está capacitado para tener hijos, es un acto de tremenda responsabilidad que habría que pensarlo muy bien, porque hay padres horribles y niños que los padecen. La gente tiene esa cosa de decir “me encantaría tener un bebé”, pero no va a tener un bebé, va a tener una persona, una responsabilidad de al menos 20 años para educar, acompañar, alimentar, criar y hacerla en lo posible feliz.

Entonces, me parece que el planteo es ese y está bueno que esté encarnizado en una mujer, porque estamos en la era de la mujer donde se acabó un poco la mujer obediente que hacia lo que “había que hacer”, ahora la mujer puede pensar y decidir si quiere o no quiere hacer algo.


- De estos temas universales, ¿cuál es el que más te sacude?

- El contacto humano es lo que más siento que estamos perdiendo. Creo que con el advenimiento de tanta tecnología y de tantas alternativas para comunicarnos, nos estamos incomunicando un poquito, quizás a nivel físico. A veces fantaseo con hacer una película donde, así como hay terapias de silencio donde la gente va y está diez días sin hablar, haya una terapia donde te pongan a otro ser humano adelante y te va a costar muchísimo mirarlo a los ojos y preguntarle “cómo estás?”. Creo que vamos a tener que reaprender eso, hacer una rehabilitación del contacto humano.

Foto: Mariano Frisoli de Oliveira


- Un denominador común entre muchos de tus trabajos es la participación de Julieta Díaz, ¿cómo es tu relación con ella?

- Con Julieta somos como hermanos, esta es nuestra cuarta película, hemos hecho mucha televisión juntos y también teatro, se generó un vinculo de muy amigos, casi hermanos, muy confidentes.


- ¿Cómo creés que influyen películas como “No soy tu mami” en empezar a aceptar que una mujer pueda tomar las decisiones sobre su propio cuerpo y sobre su vida a la hora de no querer ser madre?

- Yo creo que abona un poco más a toda la movida que hay a nivel mundial sobre este tema. El cine genera empatía con los personajes, con los actores y demás, y la información no entra tan dura como entra a través del periodismo, por ejemplo, sino que lo hace de una manera divertida, entretenida, romántica, emocional, creo que la información entra mejor. Te metes en un cuento y después del cuento decís “ah, pero pará, está bien lo que está ocurriendo, está bien que ella piense así, está bien que elija vivir así”. Yo utilizo mucho esos elementos a partir de mi cine para despertar, sin ser pretencioso, al espectador sobre ciertos temas, porque la comedia emocional de alguna manera te entra amable y te está diciendo “wake up”.

El equipo de "No soy tu mami" / Foto: Instagram

- ¿Cómo fue el rodaje de la película?

- Rodamos acá en Buenos Aires, gran parte en los estudios de Telefé. Fue un rodaje muy ameno, muy lindo, esta confianza que nos tenemos con Julieta hace que nos sintamos un poquito en casa cuando filmamos. Nos tratamos medio como parientes. Mis rodajes suelen ser muy agradables, me gusta mantener un buen clima en todo el equipo.

Tuve la sorpresa de tener a Pablo, con quien nunca había trabajado y tenia muchas ganas de hacerlo, que tiene un espíritu muy parecido al mío, es muy calmo, muy profesional, le pone buena onda siempre a todo, no solo con los actores sino con todos los técnicos, se integra e integra.

La pasé súper bien, pasó muy rápido, me quedé con ganas de quizá una semana mas de rodaje. Son esas ganas del viaje a Bariloche, de seguir un poco más.


- Cuando no estás en rodaje ¿qué hacés para despejarte del mundo del cine?

- Empiezo a escribir otra película, no puedo despejarme. Fui a ver la película de Almodóvar el otro día y el personaje que hace Banderas, que es un director de cine, también decía que cuando no rueda no es. Yo me pierdo, no sé que voy a hacer, espero poder rodar hasta el final de mis días y morirme en un set, es mi deseo más grande.

Fui muy amigo de China Zorrilla, que fue una maestra para mi. Yo la veía que tenía noventa y pico de años y ya no tenía memoria, ya casi no podía caminar, entonces leía. Sentada, pero estaba arriba de un escenario y no se bajaba del escenario, y se murió así.


- ¿De dónde sacás la inspiración a la hora de empezar a escribir una nueva película?

-No tengo la menor idea. La inspiración me viene desde que tengo memoria, desde que era muy chiquito. Yo nací en un pueblo de Córdoba muy chiquitito y viví una infancia muy “Cinema Paradiso”.

Tuve una cámara Super 8 muy tempranamente y filmaba cortos con mis amigos, con la gente del pueblo. Ya estaba ahí, produciendo, escribiendo, dirigiendo, actuando, hacia un poco de todo, y me quedó esa idea del cine. Creo que ese niño está intacto.

Ni quiero saber de donde viene la inspiración, es como si fueras en bicicleta y yo te preguntara “cómo haces equilibrio?” y te caés. Ni lo pienso, viene y hay momentos en que no viene y lo respeto. Creo que hay asistentes o musas que a veces me hablan y a veces se van de vacaciones, pero igual me visitan muy seguido.


- ¿Ves a tus hijos interesados en el mundo del cine?

- Al mas grande lo veo mas orientado a la música o a la actuación, quizás algún día dispare a dirigir o a escribir. El otro no, va a ser veterinario o mecánico, está muy lejos. Tienen 16 y 10 años.



- Si bien te desarrollás más que nada dentro del género de comedia, ¿pensaste en incursionar en algún otro tipo de género?

- Si, lo he hecho en “El Espejo de los Otros”, en “Anita”, en “Viudas”, lo he hecho de una manera quizás un poco mas dramática. De todas formas, yo no trato de encasillarme a mi mismo (aunque si lo hacen los productores a veces) con que hago comedias, yo creo que hago dramadies, comedias dramáticas. Mis películas no son de gags, no son hilarantes, son películas donde transitan los temas con mucha verdad y, en los momentos donde hay que ponerse tristes, nos ponemos tristes. Eso en la comedia a veces no ocurre, el genero no lo admite. Trato de filmar la vida como es, de la manera mas digerible posible, simpática, pero cuando hay que entrarle al corazón, le entro.


- ¿Cómo ves al cine argentino en la actualidad?

- Me parece que estamos pasando una gran etapa con muchas ideas, muchos artistas, a diferencia de muchos lugares del mundo donde carecen las ideas. Se están vendiendo muchos guiones afuera, yo vendí mucho para que se hagan remakes. Creo que necesitamos una política de apoyo mas afinada por parte del INCAA, hay que ordenar un poco el tema de quienes filman y quienes no y como se distribuye el dinero.

Yo empecé en una época donde el cine argentino era una mala palabra (con justa razón, creo) donde la gente tenía una percepción de que si la película era argentina, era aburrida. Nuestra generación reconquistó un poco a ese publico y hoy, cada vez que se estrena una película, por lo menos de las grandotas, ocupamos los primeros puestos en la taquilla.



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